Hábitos, normas, rutinas y responsabilidades en edades tempranas

Hábitos, normas, rutinas y responsabilidades en edades tempranas

 

IMG_3510

Las familias de EI  fueron invitadas a particiapar en una sesión cuyo objetivo era conocer la edad idónea para introducir rutinas, hábitos y dar responsabilidades a sus hijos. El ambiente familiar, cómodo y distendido  animó a las familias a trasladar muchas inquietudes y plantear dudas concretas a la experta.

Expertos como Araceli, psicóloga en la Fundación Jove, advierten que ha de ser cuanto antes y hará que los niños y niñas, de mayores, sean personas responsables, ordenadas, que cumplan de manera eficaz y rápida con sus deberes. Se adviritió que en primer lugar son los padres los que se deben de concienciar para que en la educación de sus hijos incluya esta responsabilidad, esto les hará entender que en la vida van a tener siempre responsabilidades y deberes.

Educar es ayudarles a alcanzar la capacidad de ser independientes, de valerse por si solos, de tomar decisiones, hacer uso de la libertad desde el conocimiento de sus posibilidades y esto no se improvisa, se trata de un proceso largo y no siempre sencillo, que se inicia en la familia y tiene su continuidad en la escuela y otros ambientes sociales.

Los niños y niñas deben aprender a aceptar las consecuencias de lo que hacen, piensan o dicen. No nacen responsables, la responsabilidad se va adquiriendo, por imitación del adulto y por la aprobación social, que le sirve de referente y refuerzo. Todos los niños y niñas sienten satisfacción cuando reciben aprobación social pero es mayor cuando saben que han actuado responsablemente, a su vez se verá reforzada la autoestima.

La responsabilidad, en niños pequeños, debe de ir asociada al juego y, paulatinatimanente, se irá incorporando a otras actividades quizá menos placentereas, este aprendizaje se produce por imitación y require exigencias, expectativas claras y tiempo de dedicación. Todos  los niños y niñas necesitan un equilibrio entre juego y trabajo; el cuidra de uno mismo y las tareas del hogar le permiten ejercitar responsabilidades concretas.

La incoherencia, es decir, las discrepancias entre lo que exigen o permiten unos u otros miembros de la familia, favorece el incumplimiento de las tarea que se le encomiendan al niño, así como su justificación para no hacerlas. Es igualmente importante conocer, antes de exigir o proponer una tarea, si cuenta con un espacio adeuado, tiempo y si sabe hacerlo  o requiere ayuda o guía.

Paciencia y tolerancia son actitudes imprescindibles de los padres y madres que quieren ayudar a sus hijos a crecer responsables, conviente recordando que no siempre pueden realizar la tarea perfecta, pueden equivocarse y que estas equivocaciones pueden ayudarle en su proceso de aprendizaje. Mostrarles confianza y hacerles sentirse capaz de realizar bien las tareas, darle seguridad, explicarles con claridad y pocas palabras qué deseamos que hagan y comprobar que lo han entendido, evitar los mensajes negativos o que le desvaloricen, reconocer los esfuerzos por mejorar, darles la posibilidad de elegir sin permitir que abandone cuando ha tomado una decisión, una palabra cariñosa y las muestras de afecto refuerzan las buenas conductas, fijar de antemano las órdenes que se deben de cumplir y dejarle claro que si no está atento tendrá unas consecuencias (previamente advertidas) y siempre, en el caso de incumplimiento deberá asumir  las consecuencias.